domingo, 22 de noviembre de 2009
Photosynth demo
Photosynth, la tecnología de Microsoft para crear escenarios 3D a partir de imágenes 2D, ya estaba abierto al público.
Para crear nuestra propia composición (Synth) debemos ir a la web de Photosynth e instalar un plug-in que pesa aprox. 7 MB y que de momento solo es compatible con Firefox e Internet Explorer en Windows. Luego hacemos clic en la opción “Create your Synth” (debemos iniciar sesión con un Windows Live ID). Disponemos de 20GB de almacenamiento online gratuito para estos fines), pero al elegirlas debemos cerciorarnos de que correspondan a la misma escena, ya que en el caso contrario, solo terminaremos con imagenes separadas que podremos explorar de forma atractiva, pero nada de composiciones.
http://photosynth.net/
CEVE-texto de difusion.
CENTRO EXPERIMENTAL DE LA VIVIENDA ECONOMICA
Hace unos dias recibi esta info desde el CEVE. Estan trabajando (entre otros materiales) con PET molido para la fabricacion de ladrillos, peneles,etc livianos y baratos. Nunca experimentaron con cintas de PET.
Objetivos del CEVE
Complementar la formación de profesionales especialistas en el campo de las tecnologías para infraestructura urbana y vivienda social, buscando evidenciar las intervenciones con valor social agregado, o sea, obras físicas acompañadas de una propuesta de desarrollo social y económico;
Difundir el estado del arte en tecnologías de prefabricación liviana para infraestructura urbana y vivienda social, elaboradas a partir de criterios de adecuación, considerados no sólo en su aspectos físicos, sino también en sus características para una mejor adaptación a las condiciones culturales, sociales y económicas de las comunidades en donde serán aplicadas;
Ampliar el conocimiento sobre las tecnologías duras y blandas, apropiadas y apropiables, que permitan afrontar con eficacia la incorporación a la ciudad de quienes viven en los márgenes de ella, construyendo al mismo tiempo tejido económico, empresarial y social: construir o reconstruir la ciudad, construyendo y reconstruyendo ciudadanía.
Difundir el estado del arte en tecnologías de prefabricación liviana para infraestructura urbana y vivienda social, elaboradas a partir de criterios de adecuación, considerados no sólo en su aspectos físicos, sino también en sus características para una mejor adaptación a las condiciones culturales, sociales y económicas de las comunidades en donde serán aplicadas;
Ampliar el conocimiento sobre las tecnologías duras y blandas, apropiadas y apropiables, que permitan afrontar con eficacia la incorporación a la ciudad de quienes viven en los márgenes de ella, construyendo al mismo tiempo tejido económico, empresarial y social: construir o reconstruir la ciudad, construyendo y reconstruyendo ciudadanía.
masi info:http://www.ceve.org.ar/
Arquitectura en Suiza francesa I
En la Bienal XII se presento una muestra de nueva arquitectura en la Suiza Francesa -Los seis cantones franceses son Fribourg (Friburgo), Genève (Ginebra), Jura, Neuchâtel, Valais y Vaud.Por entregas les dejo el contenido del folleto que acompañaba la exposición.El credito es de Lucrecia que consigio la info.
Bajar
El Hombre de al lado
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LA CURUCHET/EL GUION
Gastón Duprat es responsable de la dirección de "El hombre de al lado" con Mariano Cohn, junto con quien realizó muy recientemente "El artista". Y el guión es de su hermano, Andrés Duprat, dado que la película está basada en una historia real.
"La idea para hacer la película surgió de una historia real que le sucedió al guionista, que es mi hermano Andrés. Él me contó todo lo que le había sucedido en la vida real no como para hacer una película sino como su gran drama, y fui yo quien le dijo 'qué bueno esto para hacer una película'", contó el propio Gastón Duprat luego de la primera proyección de "El hombre de al lado".
La cinta muestra el enfrentamiento de dos hombres de características totalmente opuestas en cuanto a estilo de vida, hábitos y costumbres que son vecinos y pujan por solucionar, cada uno a su manera, el conflicto que les genera una reforma en una pared en común.
La medianera que los separa en realidad separa dos mundos diferentes y extremos, porque cada uno de ellos tiene características exacerbadas como para no ser toleradas por el universo opuesto del otro. Son un snob y un chabacano sin posibilidad alguna de conciliación.
En cuanto a la particular locación elegida para la realización de la película, la Casa Curutchet de Le Corbusier en la ciudad de La Plata -en la provincia de Buenos Aires-, Duprat aseguró, irónico, que "en cualquier lugar del mundo hubiera sido imposible filmar en una casa de Le Corbusier. Pero se trata de beneficios que da un país como la Argentina".
"El hecho de tener la casa alquilada solamente por dos meses nos hizo filmar la película en forma cronológica, lo que fue muy beneficioso porque sobre la marcha íbamos corrigiendo los errores", detalló el realizador.
La casa, definida por Duprat como "una maravilla de la arquitectura moderna", es la única realizada por el arquitecto suizo-francés en América y fue construida entre 1949 y 1955. "La herejía de destruir la pared de una casa se hace aún mayor en este caso porque no se trata de cualquier casa", dice el director, dado que el conflicto en el filme se inicia a partir de que un vecino intenta hacer reformas en su casa y hace un boquete en una pared que da justo a la ventana de quien vive a la vuelta de la manzana, en la casa Le Corbusier justamente.
LA CURUCHET/EL GUION
Gastón Duprat es responsable de la dirección de "El hombre de al lado" con Mariano Cohn, junto con quien realizó muy recientemente "El artista". Y el guión es de su hermano, Andrés Duprat, dado que la película está basada en una historia real.
"La idea para hacer la película surgió de una historia real que le sucedió al guionista, que es mi hermano Andrés. Él me contó todo lo que le había sucedido en la vida real no como para hacer una película sino como su gran drama, y fui yo quien le dijo 'qué bueno esto para hacer una película'", contó el propio Gastón Duprat luego de la primera proyección de "El hombre de al lado".
La cinta muestra el enfrentamiento de dos hombres de características totalmente opuestas en cuanto a estilo de vida, hábitos y costumbres que son vecinos y pujan por solucionar, cada uno a su manera, el conflicto que les genera una reforma en una pared en común.
La medianera que los separa en realidad separa dos mundos diferentes y extremos, porque cada uno de ellos tiene características exacerbadas como para no ser toleradas por el universo opuesto del otro. Son un snob y un chabacano sin posibilidad alguna de conciliación.
En cuanto a la particular locación elegida para la realización de la película, la Casa Curutchet de Le Corbusier en la ciudad de La Plata -en la provincia de Buenos Aires-, Duprat aseguró, irónico, que "en cualquier lugar del mundo hubiera sido imposible filmar en una casa de Le Corbusier. Pero se trata de beneficios que da un país como la Argentina".
"El hecho de tener la casa alquilada solamente por dos meses nos hizo filmar la película en forma cronológica, lo que fue muy beneficioso porque sobre la marcha íbamos corrigiendo los errores", detalló el realizador.
La casa, definida por Duprat como "una maravilla de la arquitectura moderna", es la única realizada por el arquitecto suizo-francés en América y fue construida entre 1949 y 1955. "La herejía de destruir la pared de una casa se hace aún mayor en este caso porque no se trata de cualquier casa", dice el director, dado que el conflicto en el filme se inicia a partir de que un vecino intenta hacer reformas en su casa y hace un boquete en una pared que da justo a la ventana de quien vive a la vuelta de la manzana, en la casa Le Corbusier justamente.
jueves, 5 de noviembre de 2009
domingo, 1 de noviembre de 2009
Felipe Uribe de Bedout
Referente de la nueva arquitectura colombiana, propone edificios culturales donde el agua y los lugares de encuentro son un vehículo para integrar a los ciudadanos de Medellín.
MEDELLIN. - "Si nos hacen una piscina, los queremos mucho!", grita un grupo de niños en una Comuna de Medellín, hasta hace algunos años uno de los enclaves más violentos del mundo y hoy en proceso de innegable transformación, cuyo canal es la concreción pautada y continua de planes urbanos integrales que ponen a la educación como estandarte con la convicción de que el patrimonio de una comunidad está en los más chicos.
La escena transcurre a la entrada del Colegio de La Independencia, en construcción, cuyo autor es Felipe Uribe de Bedout, también el destinatario del curioso pedido. El efecto es inmediato. Uribe elucubra el modo de concretar el deseo de estos niños, que es suyo y que resume las convicciones que han impulsado su tarea a lo largo de sus 20 años de labor profesional.
Hay en este arquitecto colombiano un definitivo interés por la dimensión política de la arquitectura: el orden del problema es social, político y cultural antes que técnico-constructivo. La visibilidad del contrato social, la promoción de un pacto ciudadano equitativo o la definición de las cuestiones de la identidad y la pertenencia son objetivos más vinculados con la memoria y el territorio que a la estética y la proporción.
Con una carrera vasta en número y escalas de proyectos, sus apuestas más elocuentes apuntan a lo que él concibe como un servicio público más: el espacio público. Obras como los Parques de los Deseos y Pies Descalzos, la Biblioteca EPM, o el proyecto para el Parque de las Silletas son ámbitos que impulsan el desarrollo de las instituciones democráticas, escenarios para la conversión del habitante en ciudadano. Versatilidad del agua
Incisivo y certero, Uribe sostiene el protagonismo de la reflexión como hecho arquitectónico, necesario a la hora de redefinir intereses e intuir cuál es el sentido de la disciplina hoy. Convencido, reivindica el territorio como elemento estructurante de las comunidades y subraya que en el conocimiento y exploración de sus condiciones y recursos radica la posibilidad de la arquitectura de conquistar los valores del bienestar a los que toda comunidad aspira y que son condición para la distancia reflexiva. El agua es territorio. Como en muchas ciudades latinoamericanas es también armonía o desastre. El agua tiene su propia lógica. Es origen y medio.
Material versátil y polifacético es una constante en su arquitectura. Abstracta, reserva un lugar para la sorpresa, la interpretación o la creación de tiempo y espacio propios. Lúdica, sorprende, fascina, concentra y dispersa. Continua, ensordece o arrulla, alucina y refresca, conduce y transforma. Elemento excepcional en la ciudad, convoca, filtrándose democrática en todos los estratos sociales.
La riqueza de la propuesta se hunde en lo no dicho. Las ideas se construyen valiéndose de la innovación y la abstracción, de la complejidad y la contradicción, polarizándose para dar cabida a la libertad y la elección personal.
Masa y vacío, horizontalidad y verticalidad, tradición y vanguardia: juegos de opuestos se combinan con precisión milimétrica con la intención de provocar la imaginación, la emoción y la sorpresa de la existencia cotidiana.
Visitante frecuente de Buenos Aires, es capaz de analizarla hoy con la visión crítica del residente reflexivo y la fascinación extrañada del visitante. Como Medellín, nuestra ciudad abunda en territorios de oportunidad que Uribe se empeña en nombrar. Y nuevamente el agua: en la propuesta para el Concurso de Ideas del Parque de la Ciudad, asociado al equipo ganador conformado, entre otros, por los arquitectos Roberto Aisenson y Oscar Fuentes; o en el Taller de Ciudad en Santa Fe, centrado en la recuperación del puerto local; en su país, al apuntalar apasionado planes de ordenamiento urbano promovidos desde su propia gestión, investigación e insistencia.
Movido por aspiraciones más que por las necesidades que plantean los programas, Uribe los reinventa y exige para ampliar las oportunidades de cada proyecto. Desobediente, propone desde la diversión. Desde el anhelo, superar la urgencia y sus limitaciones. Desde la excepción, convocar en la convivencia, el diálogo, la diferencia y el roce. En lugar de separar, abarcar y contrastar: convivir en la fricción, ya no como espacio para la violencia, sino como territorio para la oportunidad, la cohesión y la inclusión comunitarias.
Por Guillermina Abeledo Para LA NACION
felipeuribe@une.net.com
La escena transcurre a la entrada del Colegio de La Independencia, en construcción, cuyo autor es Felipe Uribe de Bedout, también el destinatario del curioso pedido. El efecto es inmediato. Uribe elucubra el modo de concretar el deseo de estos niños, que es suyo y que resume las convicciones que han impulsado su tarea a lo largo de sus 20 años de labor profesional.
Hay en este arquitecto colombiano un definitivo interés por la dimensión política de la arquitectura: el orden del problema es social, político y cultural antes que técnico-constructivo. La visibilidad del contrato social, la promoción de un pacto ciudadano equitativo o la definición de las cuestiones de la identidad y la pertenencia son objetivos más vinculados con la memoria y el territorio que a la estética y la proporción.
Con una carrera vasta en número y escalas de proyectos, sus apuestas más elocuentes apuntan a lo que él concibe como un servicio público más: el espacio público. Obras como los Parques de los Deseos y Pies Descalzos, la Biblioteca EPM, o el proyecto para el Parque de las Silletas son ámbitos que impulsan el desarrollo de las instituciones democráticas, escenarios para la conversión del habitante en ciudadano. Versatilidad del agua
Incisivo y certero, Uribe sostiene el protagonismo de la reflexión como hecho arquitectónico, necesario a la hora de redefinir intereses e intuir cuál es el sentido de la disciplina hoy. Convencido, reivindica el territorio como elemento estructurante de las comunidades y subraya que en el conocimiento y exploración de sus condiciones y recursos radica la posibilidad de la arquitectura de conquistar los valores del bienestar a los que toda comunidad aspira y que son condición para la distancia reflexiva. El agua es territorio. Como en muchas ciudades latinoamericanas es también armonía o desastre. El agua tiene su propia lógica. Es origen y medio.
Material versátil y polifacético es una constante en su arquitectura. Abstracta, reserva un lugar para la sorpresa, la interpretación o la creación de tiempo y espacio propios. Lúdica, sorprende, fascina, concentra y dispersa. Continua, ensordece o arrulla, alucina y refresca, conduce y transforma. Elemento excepcional en la ciudad, convoca, filtrándose democrática en todos los estratos sociales.
La riqueza de la propuesta se hunde en lo no dicho. Las ideas se construyen valiéndose de la innovación y la abstracción, de la complejidad y la contradicción, polarizándose para dar cabida a la libertad y la elección personal.
Masa y vacío, horizontalidad y verticalidad, tradición y vanguardia: juegos de opuestos se combinan con precisión milimétrica con la intención de provocar la imaginación, la emoción y la sorpresa de la existencia cotidiana.
Visitante frecuente de Buenos Aires, es capaz de analizarla hoy con la visión crítica del residente reflexivo y la fascinación extrañada del visitante. Como Medellín, nuestra ciudad abunda en territorios de oportunidad que Uribe se empeña en nombrar. Y nuevamente el agua: en la propuesta para el Concurso de Ideas del Parque de la Ciudad, asociado al equipo ganador conformado, entre otros, por los arquitectos Roberto Aisenson y Oscar Fuentes; o en el Taller de Ciudad en Santa Fe, centrado en la recuperación del puerto local; en su país, al apuntalar apasionado planes de ordenamiento urbano promovidos desde su propia gestión, investigación e insistencia.
Movido por aspiraciones más que por las necesidades que plantean los programas, Uribe los reinventa y exige para ampliar las oportunidades de cada proyecto. Desobediente, propone desde la diversión. Desde el anhelo, superar la urgencia y sus limitaciones. Desde la excepción, convocar en la convivencia, el diálogo, la diferencia y el roce. En lugar de separar, abarcar y contrastar: convivir en la fricción, ya no como espacio para la violencia, sino como territorio para la oportunidad, la cohesión y la inclusión comunitarias.
Por Guillermina Abeledo Para LA NACION
felipeuribe@une.net.com
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