A pesar del aparente aislamiento que podría asociarse al trabajo realizado desde esta condición de lejanía, la obra de esta nueva hornada de arquitectos chilenos trata de responder a la escasez sacando el máximo partido a las cualidades materiales y espaciales de sus proyectos. En este marco, la obra de Cecilia Puga discurre por un amplio espectro de encargos (desde viviendas unifamiliares a colectivas o instituciones educativas) y parte de una actitud posibilista que no deja de lado, sin embargo, cuestiones fundamentales como la relación entre el edificio y el suelo, o el diálogo entre la masa en suspensión y su estabilidad.
CASA EN CONJUNTO 8 AL CUBO
CASA LARRAIN, EN BAHIA AZUL
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