martes, 31 de mayo de 2011
RADIC -RESTAURANT
BAJAR FICHA PDF
El Mestizo está ubicado en el extremo nororiente del parque en construcción diseñado por el arquitecto Teodoro Fernández. Ocupa un rincón frente a extraordinarios jardines de agua, encajonado entre una colina-mirador y el andén peatonal que corre a lo largo de Avenida Bicentenario
El primer proyecto para el concurso consistía en armar un artefacto constructivo con restos de imaginarios tomados literalmente de otros lugares. Es así como en la maqueta de prueba se unían un flotador para niños que sería la techumbre de membrana de poliéster revestida en PVC inflada del salón; vigas de regadío industrial para el soporte perimetral de dicho techo y unos granitos de sujeción transportados desde la cantera de la Obra. El artefacto perseguía generar un ambiente en base a la interpretación de los pesos físicos y densidades particulares de cada elemento. Todo estaba pensado para crear un pabellón de extrañamiento, una Folie como aquellos que aparecen de improviso en los parques históricos: el pabellón chino, el japonés, el griego, el pabellón de los pájaros…
Esta versión, aprobada por el cliente, no llegó a puerto porque se supuso que la Municipalidad no aceptaría este artefacto de material socialmente efímero. Decidí cambiar los pesos y los imaginarios, sin cambiar el concepto de extrañamiento inicial: pusimos vigas maestras de hormigón armado negro asociadas a losas del mismo material -su forma la obtuvimos de algunos grafitis urbanos-. Estas losas son el cielo “falso” del recinto y desde las vigas descienden apoyos hasta tocar en lugares estratégicos granitos de diversos tamaños, alturas y pesos -hasta 10 toneladas-. Por fortuna, el nuevo modelo le debe mucho a los primeros pabellones de Sverre Fehn y me atrevería a decir que ocupa el mismo sistema proyectual que Josep Quetglas detecta en una construcción de B.Lubetkin, sólo que aquí en Chile las cariátides se han cambiado por granitos cordilleranos:
“Ese acercar cosas de procedencia formal discordante es un procedimiento común en Lubetkin. En Highpoint II, la atrevida y delgada placa de una marquesina de hormigón era sostenida por dos estatuas, reproducciones de las cariátides del Erecteión. Lubetkin lo explicaba reconociendo que cualquier sostén de la losa de hormigón era una pérdida, frente a la capacidad formal de la losa de sugerir un voladizo tenso y sin apoyos. Un modo de invisibilizar el soporte era disolverlo ópticamente entre los elementos del jardín, vistos a través y junto a la marquesina. En los jardines hay estatuas. Las cariátides forman parte del jardín, como los arbustos o los parterres, y sólo la casualidad las ha hecho coincidir con la marquesina, hasta colocarse y encajar justamente bajo ella. Su cortesía les impide reparar en el contacto, y nuestra mirada sabe segregar las partes: unas hacia el jardín y otras hacia el edificio.”
Homelesspages: La mirada de Lenin; Josep Quetglas; WAM 04, Web Architecture Magazine
Harry Seidler
Harry Seidler, arquitecto de origen austriaco que se inspiró en la estética de la escuela alemana Bauhaus, falleció el 9 de marzo en Sidney a la edad de 82 años. Pese a que su controvertida obra fue duramente criticada en Australia -especialmente la torre de Blues Point-, Seidler no ha dejado de defender su proyecto, tachando a sus críticos de "ignorantes".
Aunque parezca una paradoja, Harry Seidler cultivó mejor que nadie la imagen y el discurso de hombre de la Bauhaus, a pesar de que nunca llegó a estudiar en la escuela de diseño, arte y arquitectura alemana, una de las más emblemáticas del siglo XX, que cerró sus puertas en 1935, cuando el arquitecto sólo tenía 10 años.
En aquella época, precisamente, la familia Seidler (judía de origen rumano) se vio obligada a abandonar su ciudad, Viena, por el acoso de los nazis. Su exilio y dispersión la llevó al Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Brasil y, finalmente, a Australia, donde todos los miembros del clan se pudieron reencontrar al final de la década de los años 40.
Por entonces, Harry había completado ya gran parte de su formación bauhausiana. Aprendió de Walter Gropius (el fundador de la escuela) durante su paso por Harvard, continuó con sus estudios en el Black Mountain College de Josef Albers y se enroló en el despacho de Marcel Breuer.
Poco después, se convertiría en colaborador de Oscar Niemeyer. Con ese bagaje, Seidler llegó a Australia con conocimientos inéditos entre los arquitectos del lugar, de tradición inglesa. Por eso, la sorpresa -y, a menudo, el escándalo- de sus colegas fue enorme cuando Seidler concluyó la casa de su madre en los suburbios del norte de Sidney a golpe de hormigón.
Pronto, el arquitecto se hizo con una reputación de eurófilo, elitista y cascarrabias, pese a lo que logró obtener la ciudadanía australiana, un importante paso para afianzar su estudio de arquitectura que, en la década de los 60, se hizo con su primer proyecto de gran escala: la torre del Australian Square, un rascacielos de planta circular en cuyo desarrollo colaboró el italiano Luigi Nervi.
Poco después, Seidler se enfrentó con el encargo de una torre de viviendas en Blues Point, junto al famoso puente de Sidney. El resultado fue una magnífica caja de 85 metros de altura, ángulos severos y estampa tosca, extremadamente impopular entre los habitantes de la ciudad, que lo han acusado, durante los últimos 40 años, de estropear la silueta de Sidney.
En todo este tiempo, Seidler no ha dejado de defender su proyecto y de acusar a sus críticos de "ignorantes", hasta el punto de haberles demandado judicialmente en más de una ocasión.
Su batalla, sin embargo, estaba perdida. La rebelión popular contra la torre de Blues Point fue uno de los hitos que pusieron de manifiesto la necesidad de renovar la arquitectura contemporánea, más allá de los argumentos de la generación de Mies van der Rohe y Le Corbusier. Pese a todo, el prestigio de Seidler sobrevivió a su credo y el arquitecto mantuvo una nutrida agenda de clientes en Australia y en Europa.
Aunque su regreso laboral al Viejo Continente no estuvo libre de polémicas, e, incluso, le privó durante algunos años de la nacionalidad australiana por culpa de su decisión de aceptar la nacionalidad austriaca que le ofreció el Gobierno del socialdemócrata Fred Sinowatz en 1985, como a todos los exiliados de los años 30. Dos décadas después, el Gobierno australiano le permitió recuperar la doble ciudadanía.
BAJAR LIBRO
lunes, 30 de mayo de 2011
SEBASTIAN IRARRAZAVAL
Arquitecto Chileno ( 1967 )-Universidad Pontifica Catolica de Chile.Estudios de posgrado en Londres.Docente en la Catolica .Su trabajo fue expuesto en Santiago,Barcelona,Boston, Rotterdam y Venecia.
Arquitectura que propone. Aqui dos fichas.Viviendas unifamiliares. Casa Pedro Lira y Casa para desarrollo Ocho al Cubo.
jueves, 26 de mayo de 2011
miércoles, 25 de mayo de 2011
Alejandro Aravena y Elemental
Exposición del arquitecto chileno Alejandro Aravena sobre el proyecto ELEMENTAL en el V encuentro de Arquitectura, de Santiago de Compostela, en noviembre de 2007. Un discurso contundente, una precisión en el lenguaje que se hace necesario como práctica de impecabilidad
Alejandro Aravena en Quintos Encontros de Arquitectura from elementalchile on Vimeo.
miércoles, 4 de mayo de 2011
martes, 3 de mayo de 2011
Centro Cultural Gabriela Mistral-Chile.II
entrada original
Fotos:Pancho Villamil
Ahora en Clarin ARQ.
Imponente y monumental. Comprometido, simbólico y transparente. El edificio del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), en Santiago de Chile, responde a estas cualidades en tanto el proyecto respeta el contexto histórico poco feliz y lo reinterpreta, devolviéndole a la ciudad un espacio público de calidad.
En el coqueto barrio Lastarria, donde se concentran actividades culturales relacionadas con el arte, el GAM surge con un impacto urbano potente, ya que el edificio de dimensiones monumentales invade un barrio residencial con carácter un tanto afrancesado.
Los estudios de arquitectura que ganaron el primer premio del Concurso Internacional de Anteproyectos, Cristian Fernández Arquitectos y Lateral arquitectura & diseño (Christian Yutronic y Sebastián Baraona) buscaron reparar, en cierto sentido, lo que dejaron los años de plomo de la dictadura de Pinochet.
Antes de convertirse en una gran cubierta con volúmenes sueltos bajo ella, el ex Edificio Diego Portales fue construido durante el gobierno de Salvador Allende con la intención de representar al “hombre nuevo”. Pero posterior al golpe de estado se transformó en la sede del gobierno del régimen de Pinochet, y luego en el Ministerio de Defensa de cuatro gobiernos. Enrejado durante las últimas tres décadas, cerrado y custodiado, no era precisamente un lugar querido, reconocido ni que provocara ningún tipo de identificación entre los ciudadanos. Además, en 2006 sufrió un incendio que destruyó la gran sala para dos mil personas.
“A partir de la biografía un tanto bipolar del edificio original decidimos enfrentar el desafío y la oportunidad de trabajar con toda esa carga histórica. Pensamos que la manera de enfrentarlo no era desde el edificio mismo sino desde su entorno. Es decir, el pedazo de ciudad que lo circunda y con el cual no se relaciona desde hace muchos años”, señalan los autores. La estrategia de observación de la manzana, sus casas bajas, la proximidad con el Museo de Artes Visuales y las alternativas de espacios públicos dio sus frutos.
“El GAM simplemente se amoldó a un diseño urbano que refunda la relación del lugar con su contexto y se convierte exactamente en todo lo contrario de lo que es hoy. Retomamos las ideas y cualidades arquitectónicas del proyecto original y lo reinterpretamos libremente”, plantean los proyectistas.
En este sentido, hay tres ideas que sobrevuelan el concepto de transparencia que quisieron aplicar: la apertura hacia la ciudad, la creación de un nuevo espacio público y, en tercer lugar, la incorporación de agentes sociales y un programa comunitario como nuevo referente para la ciudad.
Con el fin de segmentar el gran trazo urbano original en tres edificios de menor escala que articulen un conjunto de nuevos espacios públicos, los estudios asociados quisieron proyectar la vida interior del edificio hacia el exterior. Y aquí surge una de las vedettes del GAM: el sistema de fachadas que muestran en forma gradual lo abierto y transparente y lo opaco y cerrado. La versatilidad del acero corten aplicado en planchas de 2 mm. lisas, plegadas o perforadas permitió explorar las posibilidades de un material noble que, a la vez, había sido utilizado en la cubierta metálica original. “Fue el nexo perfecto entre pasado, presente y futuro”, definen los autores. “Lo elegimos porque no queríamos soluciones pre pintadas o imitaciones. Llevarlo al límite usándolo como revestimiento de fachada, cielo y pavimento nos permitió alternarlo con el cristal de muros cortina y jugar con el tratamiento óxido que varía con el tiempo. Al principio era naranja, ahora está más oscuro”, puntualiza Christian Yutronic.
Perforado, el acero corten funciona como la piel del edificio que trata de cubrirlo todo. “Pero cuando un programa del interior merece ser visto desde afuera, éste se interrumpe dejando aparecer un volumen de cristal que devela un interior fascinante”, señala el arquitecto, en referencia a la Sala de Ensayo de Danza, la Biblioteca y algunos halles del edificio. Por otra parte, el pavimento del proyecto es uno solo, tanto en interiores como en las plazas exteriores donde se aplicaron franjas de acero corten en forma aleatoria.
Programa y organización
El programa está organizado horizontalmente en base a tres volúmenes que contienen las áreas del programa: Biblioteca, salas de ensayo, museos, salas de exposición y un teatro para 2 mil personas. Aunque estos tres edificios están separados, en los niveles inferiores se conectan entre sí, conformando un solo edificio entre los tres. “Los espacios de separación entre ellos se transforman en plazas cubiertas que son los principales espacios públicos entregados a la ciudad, y que invitan a los ciudadanos a ocupar un edificio que de cierta forma se funde con ella”, sugieren los arquitectos.
En tanto, los primeros volúmenes al Este corresponden a la remodelación del edificio existente que sobrevivió al incendio, mientras que el volumen al Oeste (la Gran Sala de Audiencias) es una obra nueva. En total, el edificio ocupa 44 mil m2. La construcción se realizó entre 2008 y 2009 y se inauguró en setiembre de 2010.
La organización vertical del programa está articulada a través de halles de triple altura que ayudan a la orientación, ya que desde estos amplios espacios se ven todas las funciones. Además, se relacionan directamente con cada una de las plazas, de manera que resultan una extensión de las mismas. La utilización del mismo pavimento resultó una solución estructural para evitar elementos verticales en este cerramiento, logrando un alto grado de transparencia.
Restauración
El proyecto original de Salvador Allende había convocado a numerosos artistas para que donaran obras. El equipo de proyectistas resolvió restaurarlas y reubicarlas en el nuevo edificio. Entre las 14 piezas, hay esculturas de Sergio Mallol, Sergio Castillo y Samuel Román. Y al Museo de Arte Popular Americano se accede por una puerta del escultor Juan Egenau, una pieza bellísima en madera, cobre y aluminio. También se recuperó el vitral de Juan Bernal Ponce, que se instaló en la cubierta de una de las plazas principales, y aporta un interesante juego de luces y colores.
Alta tecnología
Se instalaron sofisticados equipos acústicos y escenotécnicos que garantizan el funcionamiento correcto de las actividades. En cuanto a lo acústico, cada sala fue tratada en forma independiente. La Sala de Música, por ejemplo, presenta un diseño de planos inclinados y con quiebres que son capaces de generar una llegada correcta del sonido a todas las ubicaciones. “Y a la vez le entregan a la sala una expresión contemporánea y cálida”, dicen los proyectistas. Las butacas también juegan un papel en la acústica del lugar. No son de madera ni de cuero, sino que están confeccionadas de un material orgánico que permite un alto nivel de absorción del sonido. En otro caso, en la Sala de Danza, se optó por una expresión más sobria: un diseño de láminas plegadas de color oscuro.
Desde el punto de vista escenotécnico, las salas de danza y teatro cuentan con puentes de iluminación, varas para escenografía y puentes de luces con la última tecnología. El escenario, en tanto, tiene un sistema motorizado para permitir cambios de escenografía que se pueden preparar en los niveles inferiores y, luego, subir a escena mecánicamente.
La segunda etapa de la construcción, prevista para 2013, consiste en una sala de espectáculos en el ala este del edificio con dos escenarios y capacidad para 2 mil espectadores. También, una sala de exposiciones fotográficas.
Con vocación pública, con espíritu libre y con la memoria intacta, el GAM forma parte de una serie de edificios monumentales que intentan reparar un poco de historia. Contemporáneo al Museo de la Memoria, este centro cultural también se inscribe dentro de la gran cantidad de obra pública que se inició durante el gobierno de Bachelet.
Son edificios que dialogan con los barrios donde fueron levantados, se articulan con el pasado y el presente y, sobre todo, rinden homenajes explícitos.
“Chile tiene poco patrimonio histórico. Es un país joven que ha sido afectado por los terremotos. Este edificio tiene una corta historia, pero una altísima significación. No lo quisimos demoler, hacer desaparecer o disfrazar de otra cosa”, dice Cristian Fernández
Fotos:Pancho Villamil
Ahora en Clarin ARQ.
Imponente y monumental. Comprometido, simbólico y transparente. El edificio del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), en Santiago de Chile, responde a estas cualidades en tanto el proyecto respeta el contexto histórico poco feliz y lo reinterpreta, devolviéndole a la ciudad un espacio público de calidad.
En el coqueto barrio Lastarria, donde se concentran actividades culturales relacionadas con el arte, el GAM surge con un impacto urbano potente, ya que el edificio de dimensiones monumentales invade un barrio residencial con carácter un tanto afrancesado.
Los estudios de arquitectura que ganaron el primer premio del Concurso Internacional de Anteproyectos, Cristian Fernández Arquitectos y Lateral arquitectura & diseño (Christian Yutronic y Sebastián Baraona) buscaron reparar, en cierto sentido, lo que dejaron los años de plomo de la dictadura de Pinochet.
Antes de convertirse en una gran cubierta con volúmenes sueltos bajo ella, el ex Edificio Diego Portales fue construido durante el gobierno de Salvador Allende con la intención de representar al “hombre nuevo”. Pero posterior al golpe de estado se transformó en la sede del gobierno del régimen de Pinochet, y luego en el Ministerio de Defensa de cuatro gobiernos. Enrejado durante las últimas tres décadas, cerrado y custodiado, no era precisamente un lugar querido, reconocido ni que provocara ningún tipo de identificación entre los ciudadanos. Además, en 2006 sufrió un incendio que destruyó la gran sala para dos mil personas.
“A partir de la biografía un tanto bipolar del edificio original decidimos enfrentar el desafío y la oportunidad de trabajar con toda esa carga histórica. Pensamos que la manera de enfrentarlo no era desde el edificio mismo sino desde su entorno. Es decir, el pedazo de ciudad que lo circunda y con el cual no se relaciona desde hace muchos años”, señalan los autores. La estrategia de observación de la manzana, sus casas bajas, la proximidad con el Museo de Artes Visuales y las alternativas de espacios públicos dio sus frutos.
“El GAM simplemente se amoldó a un diseño urbano que refunda la relación del lugar con su contexto y se convierte exactamente en todo lo contrario de lo que es hoy. Retomamos las ideas y cualidades arquitectónicas del proyecto original y lo reinterpretamos libremente”, plantean los proyectistas.
En este sentido, hay tres ideas que sobrevuelan el concepto de transparencia que quisieron aplicar: la apertura hacia la ciudad, la creación de un nuevo espacio público y, en tercer lugar, la incorporación de agentes sociales y un programa comunitario como nuevo referente para la ciudad.
Con el fin de segmentar el gran trazo urbano original en tres edificios de menor escala que articulen un conjunto de nuevos espacios públicos, los estudios asociados quisieron proyectar la vida interior del edificio hacia el exterior. Y aquí surge una de las vedettes del GAM: el sistema de fachadas que muestran en forma gradual lo abierto y transparente y lo opaco y cerrado. La versatilidad del acero corten aplicado en planchas de 2 mm. lisas, plegadas o perforadas permitió explorar las posibilidades de un material noble que, a la vez, había sido utilizado en la cubierta metálica original. “Fue el nexo perfecto entre pasado, presente y futuro”, definen los autores. “Lo elegimos porque no queríamos soluciones pre pintadas o imitaciones. Llevarlo al límite usándolo como revestimiento de fachada, cielo y pavimento nos permitió alternarlo con el cristal de muros cortina y jugar con el tratamiento óxido que varía con el tiempo. Al principio era naranja, ahora está más oscuro”, puntualiza Christian Yutronic.
Perforado, el acero corten funciona como la piel del edificio que trata de cubrirlo todo. “Pero cuando un programa del interior merece ser visto desde afuera, éste se interrumpe dejando aparecer un volumen de cristal que devela un interior fascinante”, señala el arquitecto, en referencia a la Sala de Ensayo de Danza, la Biblioteca y algunos halles del edificio. Por otra parte, el pavimento del proyecto es uno solo, tanto en interiores como en las plazas exteriores donde se aplicaron franjas de acero corten en forma aleatoria.
Programa y organización
El programa está organizado horizontalmente en base a tres volúmenes que contienen las áreas del programa: Biblioteca, salas de ensayo, museos, salas de exposición y un teatro para 2 mil personas. Aunque estos tres edificios están separados, en los niveles inferiores se conectan entre sí, conformando un solo edificio entre los tres. “Los espacios de separación entre ellos se transforman en plazas cubiertas que son los principales espacios públicos entregados a la ciudad, y que invitan a los ciudadanos a ocupar un edificio que de cierta forma se funde con ella”, sugieren los arquitectos.
En tanto, los primeros volúmenes al Este corresponden a la remodelación del edificio existente que sobrevivió al incendio, mientras que el volumen al Oeste (la Gran Sala de Audiencias) es una obra nueva. En total, el edificio ocupa 44 mil m2. La construcción se realizó entre 2008 y 2009 y se inauguró en setiembre de 2010.
La organización vertical del programa está articulada a través de halles de triple altura que ayudan a la orientación, ya que desde estos amplios espacios se ven todas las funciones. Además, se relacionan directamente con cada una de las plazas, de manera que resultan una extensión de las mismas. La utilización del mismo pavimento resultó una solución estructural para evitar elementos verticales en este cerramiento, logrando un alto grado de transparencia.
Restauración
El proyecto original de Salvador Allende había convocado a numerosos artistas para que donaran obras. El equipo de proyectistas resolvió restaurarlas y reubicarlas en el nuevo edificio. Entre las 14 piezas, hay esculturas de Sergio Mallol, Sergio Castillo y Samuel Román. Y al Museo de Arte Popular Americano se accede por una puerta del escultor Juan Egenau, una pieza bellísima en madera, cobre y aluminio. También se recuperó el vitral de Juan Bernal Ponce, que se instaló en la cubierta de una de las plazas principales, y aporta un interesante juego de luces y colores.
Alta tecnología
Se instalaron sofisticados equipos acústicos y escenotécnicos que garantizan el funcionamiento correcto de las actividades. En cuanto a lo acústico, cada sala fue tratada en forma independiente. La Sala de Música, por ejemplo, presenta un diseño de planos inclinados y con quiebres que son capaces de generar una llegada correcta del sonido a todas las ubicaciones. “Y a la vez le entregan a la sala una expresión contemporánea y cálida”, dicen los proyectistas. Las butacas también juegan un papel en la acústica del lugar. No son de madera ni de cuero, sino que están confeccionadas de un material orgánico que permite un alto nivel de absorción del sonido. En otro caso, en la Sala de Danza, se optó por una expresión más sobria: un diseño de láminas plegadas de color oscuro.
Desde el punto de vista escenotécnico, las salas de danza y teatro cuentan con puentes de iluminación, varas para escenografía y puentes de luces con la última tecnología. El escenario, en tanto, tiene un sistema motorizado para permitir cambios de escenografía que se pueden preparar en los niveles inferiores y, luego, subir a escena mecánicamente.
La segunda etapa de la construcción, prevista para 2013, consiste en una sala de espectáculos en el ala este del edificio con dos escenarios y capacidad para 2 mil espectadores. También, una sala de exposiciones fotográficas.
Con vocación pública, con espíritu libre y con la memoria intacta, el GAM forma parte de una serie de edificios monumentales que intentan reparar un poco de historia. Contemporáneo al Museo de la Memoria, este centro cultural también se inscribe dentro de la gran cantidad de obra pública que se inició durante el gobierno de Bachelet.
Son edificios que dialogan con los barrios donde fueron levantados, se articulan con el pasado y el presente y, sobre todo, rinden homenajes explícitos.
“Chile tiene poco patrimonio histórico. Es un país joven que ha sido afectado por los terremotos. Este edificio tiene una corta historia, pero una altísima significación. No lo quisimos demoler, hacer desaparecer o disfrazar de otra cosa”, dice Cristian Fernández
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